lunes, 7 de diciembre de 2009

EL SEÑORÍO DE HIGUERA DE VARGAS

(Artículo publicado en la revista de ferias de 2002)

Posiblemente fuésemos muchos los higuereños que desconocíamos la existencia de un título nobiliario en nuestra localidad. La presencia del castillo ha estado, durante siglos, vinculada a un señorío en Higuera. Yo mismo, hasta hace poco tiempo, desconocía este hecho, pero la curiosidad y las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías trajeron a mi encuentro unos datos que me hicieron ponerme a indagar.
No pretendo aquí realizar un estudio sobre la creación del núcleo urbano germen de nuestro municipio, que podría ser objeto de otro artículo, ya que son varias las versiones que hay sobre el origen de Higuera de Vargas. Se trata, más bien, de mostrar las vicisitudes que estas tierras sobre las que ahora paseamos, han sufrido a lo largo de los últimos siete siglos.
Tenemos que remontarnos hasta el siglo XIII cuando estas tierras estaban ocupadas por los musulmanes, y el guerrero Garci Pérez de Vargas, como jefe del ejército del rey, ayudaba con magistral destreza a recuperar esta zona a Fernando III El Santo (rey de Castilla desde 1217 a 1252) para los reinos cristianos. El episodio más destacado fue la toma de Sevilla a mediados del siglo XIII. Este Garci Pérez de Vargas era descendiente de Iván de Vargas, para el que trabajaba en su hacienda un joven, que después sería ascendido a los altares bajo la adbocación de San Isidro Labrador.
Según documentos de la época, y aunque este caballero había prestado grandiosos servicios al rey, éste sólo le había otorgado la propiedad del sitio de “La Higuera”, nuestra Higuera de Vargas.
Se tiene conocimiento que estos terrenos formaron parte del Baylato de Jerez, al que, además, pertenecían, según consta en el acta del Capítulo celebrado en 1272 por los Caballeros del Temple, las poblaciones y términos de Valencia del Ventoso, Zahinos, Villanueva del Fresno, Cheles, Alconchel, Oliva de la Frontera, Atalaya, Valverde de Burguillos, Burguillos del Cerro, y su capital Jerez de los Caballeros. De esta época perdura en los mencionados municipios, además de en otros que tuvieron relación con el reino de Portugal, la aplicación del “Fuero de Baylio”.
Pero sería más de un siglo después, tras la desaparición de la Orden del Temple y las donaciones realizadas por el rey Enrique II de Trastámara (rey de Castilla entre los años 1369 y 1379) de los territorios que pertenecían a la Orden, cuando su hijo, Juan I de Castilla (que ocupó el trono tras la muerte de su padre en 1379 y hasta 1390) otorga el “Señorío de La Higuera” a Alonso Fernández de Vargas, sin que conste la fecha exacta. Este personaje, que nació en 1350, se distinguió en sus servicios al rey Enrique II. Era descendiente del caballero al que nos referimos al principio, Garci Pérez de Vargas, y ostentó la titularidad, además, de los señoríos de Burguillos y las Atalayas.
Tras la pérdida del sitio de Burguillos, por la infidelidad y traición de un alcaide suyo, Alonso Fernández de Vargas conserva el Señorío de Higuera. Éste, por descendencia, pasa a poder de uno de sus hijos, Gonzalo Pérez de Vargas, que pasa a ser el “II Señor de Higuera de Vargas”, a quien sucedió su hijo Juan de Vargas como “III Señor”. Éste se casó en segunda nupcias con Leonor Suárez de Figueroa, siendo padres de tres hijos, uno de ellos, Juan de Vargas “el mozo” fue quien ostenta el título de “IV Señor de la Higuera de Vargas”. Tras su muerte en 1455, sin dejar descendencia, se rompe la línea sucesoria masculina y se produce una disputa por la posesión del señorío, entre las dos hermanas del anterior, Leonor Suárez de Figueroa y Mencía de Vargas, que tras compartir Higuera durante algunos años llevan el caso a los tribunales en 1489. Durante este periodo se llevan a cabo las únicas reformas realizadas en el castillo en el siglo XV, donde bajo las órdenes del maestro Bartolomé Fernández se construyen algunas garitas. Los tribunales dan la razón a Mencía que se convierte en “V Señora de Higuera de Vargas”, hasta su muerte en 1507.
Uno de los tres hijos de Mencía, Arias Pérez de Silva y Vargas se convierte en “VI Señor de Higuera de Vargas”. Por estas fechas y también algunos años después, algunos higuereños se embarcaron a la conquista de América, en las expediciones de ilustres marinos españoles. Se tiene constancia de paisanos que participaron en el descubrimiento de México (Alonso Martín y Alonso Martínez en la expedición de Juan de Oñate en Nuevo México de 1598; y Juan Antonio de Mendoza que fue gobernador y capitán general de los estados de Sonora y Sinaloa en Nueva España entre 1755 y 1760) y de Perú (Juan de Vargas Pizarro, estaba a las órdenes de Pizarro a comienzos del s. XVI en las campañas peruanas, y había participado también en batallas de Francia e Italia).
A partir de Mencía se hace traslado por línea sucesoria masculina durante más de un siglo siendo los titulares del señorío los siguientes: Francisco de Pérez de Silva y Vargas en “VII” lugar (hijo de Arias Fernández), “VIII Señor”, Juan de Vargas (hijo de Francisco de Pérez), “IX Señor”, Francisco de Vargas (hijo del anterior), “X Señor”, Garci Pérez de Vargas.
Garci Pérez de Vargas creó el Mayorazgo de Higuera de Vargas, por el que se convertían los bienes en indivisibles y se transmitían a sus herederos, generalmente al primogénito. Garci contrajo matrimonio con Teresa de Arellano Portocarrero y tuvieron dos hijas, siendo su sucesora la primera, Ángela de Vargas y Arellano que se convierte así en la segunda mujer que ostenta el señorío, en esta ocasión como “XI Señora de Higuera de Vargas”.
El siguiente titular del señorío, por extinción de la rama principal, es Gabriel de Silva Vargas, “XII Señor”, va a jugar un papel fundamental a mediados del siglo XVII, cuando están en pleno auge las disputas fronterizas entre portugueses y españoles con motivo de la Guerra de Separación portuguesa. No hay que olvidarse que el pueblo fue fronterizo con Portugal desde 1297 y hasta 1801, ya que atravesando las “pasaeras” del río Alcarrache, nuestros antepasados se adentraban en el reino portugués. Muchos de los higuereños tenemos ascendencia portuguesa, y el mismo apellido Garrancho es de origen portugués, siendo excepcional encontrarlo en España. Durante 1643 toda esta zona de la frontera fue arrasada por los portugueses y existe constancia escrita de la rendición del castillo de Higuera, que defendía a los 400 vecinos del pueblo, ante las tropas portuguesas de Mathias de Albuquerque, al mando de Rodrigo de Castro. Éste hizo creer a D. Gabriel que se acercaba al castillo con un gran ejercito, y que de poco iba a valer la resistencia, cuando en realidad lo hizo con seis hombres, rindiéndose D. Gabriel para no causar bajas entre los moradores del castillo. También se tiene testimonio del ataque que el pueblo sufrió durante esta época por parte de diez hombres portugueses al mando de Monsur de Tortoron, quienes mataron a algunos de los soldados que hacían guardia a la puerta del castillo, pero que tuvieron que volver sobre sus pasos tras la valiente defensa del gobernador del castillo, que mató a uno e hirió a otro.
Isabel de Silva Vargas, nacida en Jerez de los Caballeros y fallecida en 1666, hija de Gabriel de Silva, ostenta “XIII Señora de Higuera de Vargas”. Se casó en 1653 en Jerez con Juan Matías Sánchez de Silva y Vargas, Señor de la Pulgosa y Confrentes. Tuvieron dos hijos, Magdalena, que murió con pocos años, y Fernando Sánchez de Silva Figueroa (1654-1712) quien pasa a ostentar los títulos de “Señor de La Higuera (XIV), La Pulgosa (IV) y Confrentes”. Alrededor de 1670 eran muchos los peregrinos de los más remotos rincones de España, Portugal y otros países de Europa que acudían a Higuera movidos por las curaciones que el agua de la fuente, sobre la que se levanta la ermita de la Virgen de Loreto, proporcionaba al que la bebía o se daba baños con ella.
Tras ellos, el hijo de éste último, Juan Sánchez de Silva y Vega se convierte en el “Señor de La Higuera (XV), la Pulgosa (V) y Confrentes”. Se casó el 15 de agosto de 1720 con Teresa de Cáceres y Quiñones.
A continuación el señorío se disgrega y Juana Justa Sánchez de Silva y Vargas se convierte en la “XVI Señora de Higuera de Vargas”.
Guadalupe Joaquina de Cáceres y Silva fue “Señora de La Higuera (XVII) y Espadero”. Se casó en 1758 con Diego María Sarmiento de Sotomayor y Saavedra, Marqués de Castelmoncayo. El señorío se vincula así, por matrimonio, con el Marquesado de Castelmoncayo. Su hija María Sarmiento ocupa el “XVIII” título del Señorío. Ésta se casa en 1777 con el VI Conde de Fernán-Núñez, Carlos José Gutiérrez de los Ríos, quedando así vinculado el señorío al Condado de Fernán-Núñez. A finales del s. XVIII, concretamente en 1791, cuando se lleva a cabo el “Interrogatorio de la Real Audiencia en el Partido de Badajoz”, se recoge, en el capítulo correspondiente a Higuera de Vargas, que “Esta villa corresponde al Excelentisimo Señor Conde Fernannuñez, en caveza de la Excelentisima Señora, su lexitima mujer, en el señorio es dueño de la jurisdicción y del usufructo de terrazgos que produzen varias suertes de lavor de su pertenencia, que alzado el fruto con las demas de este termino quedan baldias para el comun aprovechamiento”.
El hijo de ambos, Carlos José Gutiérrez de los Ríos, embajador español en Francia y representante del rey en la firma del Acta Final de Viena de 1817, ocupa el VII Conde de Fernán-Núñez y “XIX Señor de Higuera de Vargas”. Ese mismo año, el rey Fernando VII lo “asciende” a “I Duque de Fernán-Núñez”, quedando vinculado el título higuereño al Ducado de Fernán-Núñez.
Las Cortes de Cádiz, en 1812, promulgan la primera constitución española, en la que se recoge la abolición de poderes de los señoríos y la desaparición de los mayorazgos. Hubo varios intentos de derogar estos capítulos, pero fueron adoptados definitivamente en 1837. Esto supuso que muchos señores, pasaron de tener derechos sobre la tierra, a ser propietarios privados de las mismas. A continuación se llevan a cabo las desamortizaciones del XIX, la eclesiástica de Mendizabal (1835-1854) y la civil de Pascual Madoz (1855-1924). A través de ellas, las propiedades que se consideraban en “manos muertas” y poco productivas pasaron a ser propiedad del Estado.
En contra de la tendencia general en España, un grupo de higuereños se reúnen y tras la constitución de la Sociedad "La Benéfica", pujan y compran las primeras fincas para el pueblo (La Colada y el Carrascal), que habían sido enajenadas. La aportación inicial de cada uno de los que había participado en la creación de la sociedad fue de 20 reales, corría el año de 1873.
Los siguientes en ostentar el señorío higuereño lo fueron por herencia y vinculación del ducado. La hija del I Duque, Francisca Gutiérrez de los Ríos, ocupa el “XX Señorío”. La hija de ésta, María del Pilar Loreto Osorio y Gutiérrez de los Ríos, ocupa el lugar “XXI”. Su hijo, Manuel Felipe Falcó y Osorio ocupa el “XXII”. Su descendiente Manuel Falcó y Álvarez de Toledo ostenta el título de “XXIII Señor de Higuera de Vargas”.
En la actualidad el título de “XXIV Señor de Higuera de Vargas” lo posee el V Duque de Fernán Nuñez (6ª Grandeza de España), poseedor de otros muchos títulos, según carta sucesoria fechada el 6 de abril de 1956 a favor de D. Manuel Falcó y de Anchorena.

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